miércoles, 31 de diciembre de 2008

Treintaiuno de diciembre

En los treintaiuno de septiembre
amanecen las hojas del vino, las que nos alumbran
en un septiembre decembrino que es amor.

Desde luego, dicen que nunca fallaron
voces de nieve, amigos de hielo,
que, una vez, en fase etílica se alejaron
observando grandes viandas de animales
en fase de extinción.

Pero aquella noche dormían los ecologistas,
los amantes de las aves,
los increíbles hombres de las nubes,
que -como bien sabéis-
se despejan a sí mismos
evitando el roce que pueda herirlos
en el fondo del alma.

Y aquí permacemos,poco inquietos, solos,
en la alegría de la masa,
creyendo que la poesía es para cuerdos,
para ebrios que solos andan por las calles.

martes, 23 de diciembre de 2008

Estampa navideña de un vagamundo

No se puede hablar para quien te oye
ni oír para quien todo lo habla;
es el fin del arte superfluo, lloriqueoso,
amoroso...

Si día a día alegras mis días
por qué no eres optimista, iconoclasta...dulce.

No se puede escuchar lo que no deseas
imaginarte dolor en la música
o alzar la torre más alta que jamás
hayas intuido: siempre es agradable
alejarse sin ruido, sin consonancias...
sin comidas de mediodía, sin grandes cenas.

Es un deseo desesperante
con una enorme comprensión que no te deja impasible.

Son muchos instantes abogando por lo correcto,
lo que los demás desearían hacer
y es menester que vayas descubriendo esa sensibilidad
que te arroja a la desidia, a la bebida con fatal término.

Pero... nuevamente “el brasero de los pobres” asoma,
gente jadeando con brillantes trajes y olisqueando
las nalgas ajustadas por la cubierta y añoras
la imagen de la pulcritud, de la memoria hecha jirones
de noches, de huríes que ahora son señoritas.

Los comedores continúan repletos de tenedores
que escurren grasa por su parte más débil
y alguna sonrisa forzada en esta nueva manera
de vivir que poco a poco más se aleja de nuestro horizonte.


El resto sería vivir...
mientras la cotidianeidad te fuerza a respirar,
a representar lo más rentable, lo menos ridículo
lo que hizo de ti un nombre y, ahora, se va difuminando
“como lágrimas que desaparecerán con la lluvia”.

La estrella del sur

Ante la llegada de un misterio
el cielo se vuelve azul
y los orígenes desaparecen
en un manto de azahar
que envuelve al mas nimio,
al más sincero de todos:
se imagina una luz lateral
que haga daño, y olvida
lo que todos los días circula...;

pero, a partir de aquí,
nada sucede
y el aliento vuelve a ser blanco, húmedo,
agradablemente inútil,
porque la vida continúa sin explicarse
y nadie quiere acompañar
sin un papel que diga por qué aquí permanezco,
sin apenas desparpajo para contradecirte...

miércoles, 17 de diciembre de 2008

El antro

En la tenue oscuridad de aquel antro,
dentro de esa obligada luz vespertina
que nos condujo a tal lugar,
pensamos en el frío de la juventud,
en el humo que, desconsideradamente,
en repetidas volutas seguía ignorando
esos atardeceres fugaces de los versos de Cavafis.

Creímos que lo clásico no era lo nuestro,
que la mesura, que el sueño de faldas
hechas de seda y bellas mujeres, se escapaban
por conocidos laberintos que se hacían extraños.

No hubo más que silencio en ese instante,
verdadera pasión por lo propio,
cierto atrevimiento de ser fuertes
y una sarcástica sonrisa dirigida al camarero,
que miraba con algún rencor a la luz de luna.

lunes, 1 de diciembre de 2008

MEDIO SONETO

Voy a debutar modestamente con un soneto a pachas con mi amigo Óscar (profe de música de este centro que tuvo la ocurrencia de marcharse a Madrid hace unos años). Con él comparto, entre otras cosas, el gusto por el vino y por las palabras. También fuimos papás de sendas niñas casi al tiempo y es por ello que nuestros primeros versos compartidos fueron para ellas.
La cosa internáutica permite que los ripios vuelen sobre Despeñaperros en los dos sentidos y a toda leche, de modo el proceso es fácil y no necesita sello: él manda el primero, yo le envío el segundo, él continúa con el tercero y así hasta catorce.
Esto fue lo que salió:

Yolanda y Julia salen de paseo,
abril rompe azahares: Judería,
el tiempo por mirarlas pararía,
ojos de luces, patio de recreo.

Sus risas se deslizan en trineo
sobre una nube azul de Morería.
Definen con sus juegos la alegría
que sube al cielo en grácil aleteo.

No crezcáis tan deprisa, trepadoras,
sed tardo olivo en pródigo secano,
siempre niñas a orillas de las horas

que aroman callejuelas en verano.
Descolgad sin pincharos luna y moras
que a veros sale el sol, al altozano.



La triste soledad de la montaña

Desde los majestuosos montes del oriente
la bruma iba bajando lentamente, sin resuello;
despejada claridad, brillante nieve ,
la que no dejaba circular- mirada ausente-
a las grises aldeas que se hundían sin remedio
en la blanca polvareda del sendero.

Al acercarnos, un perro fatuo olisqueaba
en los tersos zurrones del camino,
viejas bolsas henchidas de nostalgia
despejaron la duda al can curioso.

Pudimos, finalmente, aproximarnos al calor
de la lumbre, al basto cielo de cabañas
anexas al camino, donde ancianas desdentadas
musitaban antiguas canciones de otros años.

El calor del hogar, triste destino, nos tradujo
el enigma del paisaje.
Soledad, vano viaje, certero acierto
que introdujo en nosotros un rumor acre,
la sempiterna pregunta en el destino.

lunes, 24 de noviembre de 2008

¿Serán los viejos hombres...

¿Serán los viejos hombres los que nieguen los libros,
las verdades impresas?
¿ Los que , con mirada hacia al norte,
dejen lágrimas blancas ahuyentando el sonido?

No habrá ni más ventura, ni historias
despojadas de asuntos verdaderos,
juntando nuevas letras en vez de los dos ceros
que anuncien el binomio de, apenas , ciertas glorias.

Quizá algún dibujo decore nuestro texto,
inserte en la pantalla algún refrán muy cierto
o deje libremente huir al corrector
que espera allí sentado algún pobre lector.

lunes, 17 de noviembre de 2008

LOS ENEMIGOS

Aquellos que superan el arte de lo neutro,
no dicen nada, esperan admirables críticos
que acompañen su osadía incomprensible,
detestan el ritmo cierto de la vida.

En verdad, no dejan de imaginar...
la imagen sigue siendo un sueño de lo cierto,
forma invariable de los muertos gentiles
que dejan un abismo en el espíritu.

Inaudita verdad que se revierte
en las cándidas almas de los bares,
insufrible vida de los mismos
que esperan tu final, tu nota grave.

LA EXPLICACIÓN DE LA POESÍA

Después de sondear antiguos pasos, lejanas tierras,
un vado inútil explicó la ausencia de las aguas,
convirtieron en ajena la torpe realidad.

Dijeron que creer era de moros, de gente insensible
al toque sordo, de antiguas voces del muecín;
los verdes prados, las sombras llenas, inmutables
ante la vieja historia del ayer que me preguntan.

También, nos dejaron buscar las dulces yerbas antiguos vecinos
escondidos en las insondables razones de las piedras:
un pequeño ripio que abarca la historia del mar,
los risueños atardeceres de la infancia.

¡Una triste razón para explicar!

domingo, 9 de noviembre de 2008

Poesía como el agua

Diego Javier Domínguez es profesor de Secundaria y Coordinador del Proyecto Lector de su Centro. Desde hace varios años, edita el blog de la biblioteca Club de Lectores del IES Andrés Pérez Serrano de Cortes de la Frontera. Además, mantiene un blog y una página personal en la que recoge sus inquietudes literarias y profesionales.
Hoy nos brinda alguno de sus poemas para que conozcamos una poesía natural que mana como el agua.


Dios

Dios estuvo una vez en mi huerto
y aspiró el aroma de mis enredaderas,
pero el trueno cruel del acantilado
se lo llevó más allá del horizonte.

Dios llamó una vez a mi puerta
y el corazón se me llenó de caricias,
pero el aire frío del invierno blanco
lo transportó lejos de mi alcoba.

Dios soñó una vez conmigo
y las estrellas brillaron en mi noche,
pero el silencio devoró mi camino
y sembró de lágrimas mis brazos.


La fuente

La fuente del huerto seco
tiene una flauta en el chorro
con dos enanos que entonan
dulces baladas a coro.

La fuente verde del valle
duerme en un colchón de musgo,
mi corazón rema en ella
hacia un mar sentido y turbio.

Entré en el caño hasta el pecho
de la fuente solitaria;
ahora que quiero amar
tengo un corazón de agua.



Escucha un poema recitado en voz de su autor.

Se pierden las escaleras


Y no te pierdas:

Pobres y dichosos los frutos maduros.

lunes, 27 de octubre de 2008

Diría..(Mecánica elemental)

Cuando escribo, intento reinventar mi propia escritura; no sé si esto es bueno o malo, simplemente utilizo este ejercicio (de forma involuntaria) siempre tengo la necesidad de escribir libros nuevos; constantemente, y esto me ayuda a aprender de mí cuando me leo en la distancia; aparentemente escribo a saltos, esa es mi impresión general.

Quizás debería de escribir narraciones- pienso-, ya que cada poema lo construyo como si fuera una historia propia , pero a la vez creada como un fragmento de otra historia completa. A veces me resulta muy fácil, y otras tan complicadas que me pierdo en ellas y tengo que dejarlas dormitar durante un tiempo.

...Diría que es como tejer una venda( para tapar las heridas).



Diría...(Mecánica elemental)



La música que escucho
se me sube a la garganta;
es octubre, llueve, tengo dos libros a medias
y el reloj apenas se mueve.
Estás aquí,
diría que has llegado a salvarme,
aunque entre tú y yo
hay besos fríos que nos enfrentan
y silencios necesarios
que acortan la distancia.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Ella (Mecánica elemental)

Desde que recuerdo
he escuchado de sus labios
consejos como sentencias,
he sentido miradas
que llegaban a inmovilizarme,
me ha perseguido el miedo
a perder
la dulce geometría de sus besos.
Fue entonces cuando me dibujó
-sobre el techo de mi cuarto-
un firmamento de estrellas
y en la oscuridad de su brillo,
allí mismo,
empecé a soñar un día.

"Mecánica elemental" no es un libro de poemas, es un inventario de sentimientos primitivos de hoy y de ayer, de situaciones actuales y pasadas, es decir, lo que configura a una persona que ha ido siendo y lo que llegará a ser en un proceso de encaje creado con la única herramienta de que dispone: la palabra

lunes, 20 de octubre de 2008

El casamiento de las sirenas

Después de aparecer sirenas en la borda ,
detrás de la tormenta inesperada,
surgieron borbotones de alimañas,
verdaderos temores de lo ausente;

inimaginables globos, de esencias infantiles,
terminaron ajustándose a la esencia de lo neutro,
al pequeño término del ocaso.

Y así, anduvieron con pasos infantiles
soñando con el soplo de la nada,
vertiendo sus imágenes en breves instantes de la vida
que, simplemente, arrastraba a las almas caídas
en oscuros abismos del paisaje.

Fueron fieles a sí mismas,
despertaron al borde de la ola,
no dijeron más que el sacrificio
de verdes hombres, de inconmensurables bodas.

Inventario gráfico ( mecánica elemental)

Queda sólo un cuaderno
con páginas amarillas y letras descolgadas
que una a una -a veces con sangre-,
con trazos obligados,
aprendí a dibujar en él.
No sabía entonces
de la importancia de su precisión
y de lo implacables que llegaron a ser sus erratas.
Con el tiempo en contra, con la mano temblorosa,
trenzaba en dos renglones
lo que María quería a su madre
o lo que amaba yo a la mía,
y que la hierba era verde
en una guerra de "bes" y "uves"
en las que a veces me sigo perdiendo.
Hoy me conmueve: escribir en línea recta
sobre un papel en blanco,
y el contorno privado
de mi caligrafía.

viernes, 17 de octubre de 2008

YO, MI BLOG Y NADIE MÁS

Cuando te abres un blog... te comes el mundo.
Al principio cuidas cada detalle -¡Dios mio, me va a leer media humanidad!- y cada día lo abres corriendo esperando encontrar cientos de post que te digan: Oye, me encantas, sigue así.Pero la realidad es que Blogs hay muchos y en el mio Post hay pocos. Vamos, para el que no esté muy puesto: "que no me lee ni el Tato".

9milimetrosparabellum.blospot.com es un enlace perfecto para que el tenga tiempo de comprobar lo poquito que el mundo se ha fijado en mi existencia. Por eso pasa el tiempo y no escribo nuevas entradas...

Es una pena que mis anécdotas se queden sin ser conocidas por Andalucía, España, el mundo mundial... Pero bueno, qué le vamos a hacer si la vida es así y no la he inventado yo.

Me conformo soñando con esas leyendas urbanas que dicen que un día, de repente, Almodovar lee tu Blog y te hace su chica.

Asi que os animo a todos a continuar con los Blog, que tarde o temprano recibiréis cientos de Post como le ocurre a las celebrities como Paris Hilton o Melendi ( que ya tiene tela que ese señor escriba y encima le contesten)

Vivan los Blog y mi esperanza verde que aún no se comió ningún burro.

Y YA SABEN, PASEN Y VEAN, QUE CON SUTILIDAD O SIN ELLA, MI DIRECCIÓN DEL BLOG YA ESTÁ CANTADA.


Suceso de 1934

" En una pensión de Córdoba aparecen los cadáveres de un hombre y una mujer, la noticia ha conmovido a la ciudad y las autoridades competentes aún no han podido explicar el motivo que ha provocado este fatal desenlace...



Modo de preparar la canjura:
Una vez extraídos los jugos de la planta, se depositan en una botella de cristal con la boca estrecha se disuelven en 30 gramos de polvo de adormidera y se cuece a fuego muy lento removiendo con una varilla en una sola dirección. Cuando el brebaje comience a emponzoñar, se retira del calor y se deja reposar durante dos días.

Toledo 12 de diciembre del 1934

Querida Fernanda, muchas gracias por tu receta. Ahora ya no debes preocuparte de nada. He destruido tu carta y tu debes de hacer lo mismo cuando esta te llegue. Pronto recibirás noticias
Un beso y un abrazo de tu amiga que te quiere
Ursula

Ursula se detiene antes de entrar en el dormitorio. Se arregla su dorado y sedoso cabello. Ha sido siempre ese color tan particular de su pelo el que le ha dado un aspecto casi infantil. Entra en la estancia, saca de una cómoda que hay frente de la cama dos camisetas de interior, las huele con una inspiración profunda, y las pone sobre la maleta que hay encima de la cama. Algún día dejará de hacer esta horrible maleta atestada de ropa- piensa-; bordea el contorno de la cama, colgada en el galán hay una chaqueta de su marido, rebusca dentro de elle y saca de uno de los bolsillos una pequeña licorera de plata. Se sienta en la cama, desenrosca el tapón metálico y le escancia el líquido que contiene un pequeño frasco de cristal, luego coge la botella de coñac que hay en la damilla y completa con él el resto de la petaca, lo remueve y enrosca el tapón asegurándose de que quede bien cerrado. Lleva el frasco a la chaqueta y lo coloca en el bolsillo en que estaba; se alisa la falda y sale de la habitación...

Desde la primera vez que vio a Fermín, Amalia pensó que sería para ella. Cada cosa que se propone lo consigue; este es su objetivo ahora. Amalia es dependienta de una mercería que hay en el centro de Málaga. De ahí conoce a Fermín. Él es representante de ropa interior de señora, y casi todos los meses le hace una visita. Fermín está casado, pero es débil ante las insinuaciones de Amalia. Elle posee un atractivo rígido, como las actrices de las postales que hay en las trastiendas de algunos comercios. Esto enloquece a Fermín, por eso ha decidido dejarlo todo para iniciar una vida con ella. Para él esto es como un regalo de navidad antes de tiempo.
Amalia dobla con cuidado el camisón de puntillas que su madre ha confeccionado para el ajuar. Ella sonríe de forma maliciosa y piensa que si algún día se casara, no sería su primera vez- como cree su madre-, de nada sirve guardar una prenda tan bonita. La estrenará esta misma noche. Recoge unas cuantas cosas de aseo y las mete en el bolso de mano que lleva todos los días al trabajo. Para cuando se den cuenta que ha desaparecido, ella se encontrará lejos, y ya no habrá vuelta atrás.
Fermín y Amalia se encuentran en la estación; ella con un pequeño bolso de mano y su ambición, él con una maleta enorme y un poco perdido.
En la calle, las nubes habían comenzado a dibujar el anuncio de la tormenta, que ahora descendía de forma descuidada por él anden, que cada vez más solitario, se rendía a la oscuridad de esa tarde.
El saca la licorera del bolsillo y da un trago para aliviar el frío, luego se la ofrece a ella, suben al tren que en ese momento exhala una bacanal de humo, y comienzan el trayecto.
Después de cuatro horas de viaje, llegan a Córdoba, él aún confuso, ella cada vez más satisfecha, los dos un poco embriagados por los repetidos tragos de coñac ingeridos a lo largo del camino.
- ¿Adónde vamos ahora?, -pregunta Amalia con excitación.
- Nos hospedaremos esta noche aquí en un lugar que conozco, le diremos al mozo que nos mande la maleta a la pensión
El frío les calaba los huesos mientras atravesaban la avenida, y apuraron el líquido que contenía el frasco, luego Fermín lo guardó de nuevo en el bolsillo interior de la chaqueta.
Entran en el interior del edificio y alquilan una habitación a nombre de los señores Carrillo. El portero les acompaña por un largo y estrecho pasillo, a la mitad de este, el portero se detiene y abre la habitación, le da las llaves a Fermín
- Si necesitan algo, estoy en la portería para lo que manden.
-Muchas gracias, si es tan amable, cuando llegue el mozo con la maleta me avisa.
Fermín saca una moneda y se la da al portero
-Muchas gracias, señor, y descuide que yo estaré pendiente. Buenas noches.
Amalia se recuesta sobre la cama, se siente mareada, incuso tiene nauseas, pero no dice le dice nada a él para que no se preocupe, pero de repente ve como Fermín se tambalea
-Estas cansado, si quieres damos un paseo, si no, te apetece podemos decirle al portero que nos llame mañana y que deje la maleta en la puerta.
-Está bien creo que deberíamos dormir, avisaré para que no nos molesten
Fermín recorre el pasillo bamboleándose de un lado a otro y baja las escaleras con mucha dificultad. Da orden de que los avisen para las ocho de la mañana y se vuelve a la habitación con gran torpeza.
Amalia ha conseguido ponerse el camisón del ajuar, pero se siente muy mareada y no entiende por qué se siente tan mal, hace mucho frío y empieza a tener miedo, porque Fermín parece que no la oye , no se mueve de la misma posición desde hace un rato,
Ni siquiera ha visto su camisón de puntillas, hace tanto frío...

miércoles, 15 de octubre de 2008

Mecánica elemental

Sobre una mesa blanca
- de un blanco casi imposible-
se extiende el pliego.
Tenemos que tener siempre a mano
una caja de herramientas útiles.
Instrucciones de uso:
-colocar la ranura A
(los niños, la cesta de la compra, la cena)
en posición de encaje con la ranura B
( las noches tristes, un hueco en mi cama,
un poema que se resiste,llego tarde; !seguro!).
Presionar hasta oír un clic.

domingo, 12 de octubre de 2008

¡Que salten, que sigan saltanto! 2

Ayer, mientras leía este poema a un amigo me di cuenta de que no se enteraba muy bien de lo que yo intentaba transmitir. Supongo que la mayoría de las veces uno escribe sin considerar al lector , lo que provoca una gran impotencia y decepción con uno mismo cuando tienes un resultado de este tipo. Y no es que el escritor tenga que tener en cuenta al lector (algo que resulta paradójico, porque escribe para él aunque no en exclusividad), ya que sería imposible contentar a todo el mundo que pueda acceder a él. Es por eso que he decidido explicarlo (un poco). En este poema yo estoy esperando que venga la inspiración que me lleve al poema en sí, y especulo con la posibilidad de que las palabras sean acertadas, porque a veces no eres capaz de encontrarlas, y el poema queda un poco "crudo" y después abandonado.Una vez que le expliqué lo que quería decir, lo volvió a leer -ya condicionado por mi explicación- pero ¿es acaso bueno explicar un poema?¿no es mejor repetir su lectura hasta llegar a una conclusión propia?¿existe realmente una fórmula para interpretarlos?¿tienen que tener una explicación?...en fin, como se suele decir: " la poesía está en el aire", pero ¿quién puede atraparla? y una vez en tus manos ¿quién será capaz de interpretarla o escribirla adecuadamente? ¿importa eso en realidad?. Lo que sí es cierto es que a veces saltan -y por eso el título del poema- y no puedes con ellos, tienes que unirte a su salto; simplemente. (Aunque he de decir que yo lo veo muy claro...)

viernes, 10 de octubre de 2008

¡Que salten siempre, que sigan saltando!

Cuando llegues,
-ciudad precipicio-
te caminaré adentro.
En esa mañana difícil
no sé como serán lo versos,
pero ahí me iré dejando
en esas sílabas precarias
siempre a medio camino,
por eso me salen tan blandas.
Ellas aceptan su suerte,
yo no sé si me engañan.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Imágenes del Patio de los Naranjos


Regreso a casa
en las tardes azules de la ciudad,
y no me da miedo
de ser un animal social arrastrado
a los albañales del pueblo.

A través de los puentes,
descubrí calles inimaginables en el intento,
viajé al viejo zoco
donde los judíos son inoportunos
y los turistas son cámaras.

Cerca de estos viejos viví
como en las deseadas calles de Polonia
severos amores de una bella mujer
animando al juego de lo inaprensible.

Le comenté qué más cerca de lo nuestro
inventaban historias de niñas enamoradas
que habían dejado su piel en el intento
y que viejos mercaderes quisieron vender
sus sedas de esparto a los turistas.

LA NUEVA CUISINE

Seguimos comiendo en casa casi lo mismo de siempre: los pobres. Ante esta realidad se me vuelve a encoger el alma. Sigo sin comprender a los grandes capitalistas que invierten su ocio en la NUEVA CUISINE.



La espuma de la cocina es la del fregadero;
la soplada con nuevas técnicas
debe ser exquisita al borde de una mesa
de incompetentes.

Pretendemos hablar del sustento,
antigua palabra e imagen para definir
viejas calas recuperadas en la guía michelín.

El pecho de una mujer no ha sido nunca de aire,
tampoco la salvación del promiscuo;
los dos intentaron no pecar ante esa idea
que,con la edad, se desvanece en la desidia.

Quizá deberíamos hablar solo del arroz
de los miserables,dejar descansar nuestras largas ancas
allá donde la Costa Brava es ínclita, superficial...
admirablemente inútil.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Lluvia

El niño nunca vio llover- pero quizás no era un niño-,y le preguntó al anciano - que tal vez no era un hombre ¿qué es la lluvia?.
El hombre lo miró intensamente, quizás extrañado, quizás curioso.
Lo miraba y se preguntó si ese niño - que no sabia de ella- era el futuro, o un niño fastidioso y preguntón que intentaba incordiarlo; pero el anciano - que quizás no era un hombre- se sentó junto a él y bajando la voz le dijo: niño, ella se ha resistido durante casi todo el invierno. A duras penas nos seducen los escasos intentos con los que mojó los mil labios que sobre la tierra claman. Ni el trueno - aliado de sus primeras incursiones- percute en la lejanía, ni el oscuro bosque se hace cómplice. Ni siquiera hay nube alguna que enturbie esta cúpula tan azul que al mirarla, duele.
El anciano, comenzó a balancear el cuerpo musitando alguna letanía.
D e súbito, el aroma de la tierra exhaló un zumbido húmedo, que hizo presagiar un cambio repentino en la dudosa atmósfera...
Cauta fue descendiendo, y apretaba el paso mientras la gente corría desordenada, confundida tal vez por lo inesperado. Pero en su incesante fluir, esta situación carecía de importancia para el anciano y el niño que la observaban sin mirar.
El viento la mecía suave de un lado a otro, y los dos pensaron que era bella. Simulaba un ligero velo de gasa desgastado; y detrás, la ciudad entera palidecía rendida ya a su costumbre. Y apretó aún más el paso. Ahora era tan deseperada su carrera calle abajo, que creía haber perdido el camino de vuelta. Corría y corría hasta tenderse lisa sobre los huecos del asfalto.
Sacudió con su llegada aquella tarde tranquila, que de tanto esperar, ignoraba su existencia.
Lo ves - dijo el anciano al niño-, así es como debería.
El anciano giró su cara para mirar al niño, pero ya no estaba; aunque quizás no era un niño. Ni siquiera estaba seguro de que él mismo fuera un hombre.

En el año 2005 se publicó este pequeño cuento en el libro e feria, lo escribí expresamente para esta publicación.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Taller de poesía

"Se que mi mirada a veces, es como el filo de un precipicio cuando pienso en ella, susurro su nombre al viento y seguidamente extiendo las manos para acariciarlo, y no está.
La conversación en la mesa gira en torno a ella como una mariposa alrededor de la luz.
...¿Cómo podrás sanar este mundo tan herido y que no te haga daño?
A pesar de todo tendrás que cruzar la vía cada mañana y sobrevivir aunque la tristeza agriete tus labios, tendrás que ahuecar los miedos como puedas, disipar la angustia en el recuerdo de tu sonrisa viva.
Por eso hoy gritaré desde aquí, lo más alto que pueda:
¡Hija, haz que tus sueños se cumplan antes de que se esfumen!"

En el año 2004 asistí en la facultad de "Filosofía y letras" a un taller literario de poesía; en este taller no sólo de leía y escribía poesía -idea que yo arrastraba en el momento en que me inscribí en el curso- sino que además, nos proponían desafíos del tipo:

"imagina que tu compañera tiene a su hija viviendo en otro lugar, tan lejos de ella que tarda mucho tiempo en verla, intenta describir qué le dice con el pensamiento...", entonces te señalaban a la persona sobre la que tenías que realizar el ejercicio y sin apenas conocerla había que imaginar qué tipo de madre y persona era o podría ser. El texto que yo escribí fue este.

Es de los escritos que más impactó en el taller, la madre en cuestión se emocionó hasta tal punto que lloró desconsoladamente durante un rato -realmente su hija estaba lejos de ella-, me agradeció el hecho de que -al verla tan emocionada- se lo regalara. Creí que no conservaba este texto, pero suelo escribir en los cuadernos y libretas que mis hijos dejaron inacabados en el colegio o en el instituto, y revisando uno de esos cuadernos, encontré el borrador de este texto que posteriormente pasé a un folio y entregué correctamente presentado.

La monitora del taller fue Ana Belén Ramos, a la que agradezco desde aquí todo lo que nos hizo aprender y disfrutar.

viernes, 19 de septiembre de 2008

A mi mujer

Ingrid, en este verano, ya hemos dejado de visitar


el pequeño vergel de la osadía;


mi pequeña Ingrid, sabes del humo de la sal,


del pequeño animal que se deja sentir


admirando los huecos de la memoria de todos.





Mi dulce Ingrid, no ha sido tan importante


no viajar más allá de la memoria, sí ignorar


las lunas vacías de contenido,


viendo pedalear almas alocadamente.




Ingrid, tú sabes de autopistas y de amor,


de insignes , desconociendo esa raya


del cariño que, más tarde, es un número.



Mi dulcísima Ingrid, sabes de los hombres que somos,


de la estupidez humana que se desparrrama a veces,


del admirable hecho de ser mujer.



Mi dulcísima Ingrid...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

No desprecio a los ingenieros

No desprecio a los ingenieros informáticos

por su ínclito saber de la fibra óptica,

sino por sus camisetas de colorines

y sus zapatos planos, que me recuerdan

a los antiguos húngaros del metal.


No desprecio a los políticos

porque continúan informatizados,

los aprecio por su textura,

su íntimo pelo liso sujetado " de forma natural".


A veces, junto a la más mísera ribera

de un río, escupo a un cielo inaprensible,

recuerdo los vagos momentos de la niñez

que se escapan a las viejas nubes de algodón.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Pequeños consejeros

Los especialistas somos pequeños consejeros
del amor de los demás, de la frialdad del ajeno
que observa en la retaguardia el sinfín
de las noches que hemos vivido inexorablemente.

Los versos no han de alargarse más allá
del versículo que impide el ritmo; sí, la verdad
de arrostrar imágenes de ese destino severo
que oculta el movimiento de las ocas.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Mariano

Mariano se frota los ojos. Apenas si puede verse el otro lado de la calle. Sobre el cristal exhala un profundo suspiro que impregna el ambiente de un olor insoportable. El cristal se hace denso.. Los días de invierno se prolongan con crueldad – piensa-. Se acerca a la esquina del cuarto y orina sobre él. El hedor se intensifica. Huele a alcantarilla caliente. Hasta a él le resulta desagradable. Podría hacerlo en el baño. Pero es imposible llegar hasta allí. Cada día se hace más difícil. Por eso se apaña en el cuarto. Humedece las manos con saliva y se alisa el pelo. Se recompone las varias capas de harapos que lo envuelven; una vieja camiseta roída de color gris claro, ahora oscuro por el abandono, un jersey naranja de cuello alto, un jersey de lana marrón un cardigan azul marino que lleva abotonado hasta el final, unos pantalones negros de pana gruesa un poco desgastada y se cubre todo con el abrigo nuevo que ha conseguido en su última repesca. Desde que se viste con él, la gente no lo mira. Consigue pasar desapercibido entre ellos. Antes de encontrar su abrigo azul oscuro si que provocaba que la gente volviera el rostro a pesar de las prisas.
Mira otra vez hacia el cristal de la ventana,, y de nuevo la densidad de su aliento difumina la imagen.
Deambula torpemente por el pasillo mal alumbrado que divide la casa. Se toca el cuello de la camisa como si olvidara algo, y la coloca en orden. A lo lejos se oyen las campanas. Son las seis de la mañana. Todavía no amanece. Se aproxima al suelo buscando alguna colilla sin terminar. Hoy no hay suerte. Quizás encuentre algo en la calle. Aprovecha para acordonar los zapatos negros y casi impecables también conseguidos junto con el abrigo. Todavía es pronto para salir. Ahora es el frío el que provoca que su cuerpo se estremezca. Vuelve sobre sus pasos como si intentara recuperar algo, y se topa de lleno con el cristal.. El no suele pensar en su desdicha. En realidad, no suele pensar nada de nada. Sólo mira con desdén a un tipo que se refleja en el cristal A veces tiene recuerdos. Sus recuerdos son flases incontrolados que aparecen y desaparecen. Hay recuerdos agradables y otros que lo zarandean como un perro lo hace con su presa.
No hay nada en este mundo que Mariano desee y lo necesita todo.
Se recompone nuevamente con gestos precisos. A veces su vida es más real en los sueños, por eso necesita sentir que está despierto tocándose.
El sol irrumpe a través de la ventana. El día se presenta limpio a pesar de todo.
Su piel era blanca, cerúlea, casi transparente en otro tiempo y ahora curtida por los elementos tiene el color de las avellanas tostadas.
Mariano tuerce el gesto, no demasiado, lo suficiente para aparentar docilidad. Parece un tipo atractivo, sólo lo parece. Su mirada es tan extraña, que no es fácil definirla. Las definiciones sólo son palabras, y él esconde toda una vida detrás de esa mirada. Serían demasiadas palabras y no queda tiempo. Es la hora. Hay que salir a la calle. Hay que salir sin más remedio. Cada una de las posibilidades que tiene, están ahí fuera.
Mariano cierra la puerta con pesar. Pero no mira. Si mirase, aunque fuera de reojo, no podría dejarla. Pero al fin se decide, ¡y con qué alivio respira el aire de la calle!...
Mariano se pasa días y días haciéndose preguntas. Se pregunta por qué Benito le saluda siempre ausente cuando pasa. Cada día. Benito es moreno y demasiado delgado. En el colegio se burlaban continuamente de su aspecto. Decían que estaba tan seco porque se mataba a pajas. Pero eso nunca pudo demostrarse. Tiene las manos enrojecidas perpetuamente, incluso en el verano, de un rojo amoratado que asusta. Se las frota con ansiedad, aunque no tenga frío. Siempre sonríe. Su sonrisa da tanto miedo como sus manos. Benito quiere arrancarle a Mariano su vida solitaria. Husmear en sus cosas. Poder hablar con él de vez en cuando. Mariano se resiste. Apenas lo mira cuando pasa a su lado. Simplemente, no le gusta Benito.
Su madre es una buena cristiana. Todos lo días va a misa y reza para todo el barrio, mientras su padre afila cuchillos en la trastienda del comercio que regentan. Benito era el mejor jugador de fútbol en la escuela. Estuvo a punto de fichar en un equipo juvenil importante. Pero pasó lo del cuatro de septiembre, y todo se fue al traste.

Lo que a Mariano de verdad le gusta, es hablar con la estatua de la calle, aunque ninguno de los dos pronuncie una sola palabra. Se sienta en el último sillón de parque, y la observa de costado. Cree que es una diosa. Piensa que no existe nada más bello en el planeta. A veces intenta decirle algo, pero ni siquiera puede llegar al final de la idea. Frustrado, abandona el lugar y se dirige a las afueras.
Caminar sin rumbo es una de las cosas más gratas que hay por la mañana. Caminar en sentido contrario. Caminar sin pensar. Se arrodilla para recoger una colilla que aún arde. Le entra frío. Un frío que le asciende hasta el estómago. No sabe con certeza cuanto tiempo lleva sin comer. Y tampoco le preocupa ahora.
Clara lo ve alejarse desde su pedestal plateado. No puede hablar con él. Si lo hiciera, estropearía todo el trabajo, y tendría que empezar de nuevo. Siente curiosidad. Le inspira una tremenda ternura la forma en que la mira.
De repente, las nubes irrumpen encapotando el cielo. Mariano mira hacia arriba. Todo se ha puesto gris. La lluvia restalla con fuerza. No sabe que hacer. Quizás volver sobre sus pasos y regresar a la casa. No está seguro de quererlo, pero se da la vuelta acelerando el paso y llega hasta el parque jadeando. Y allí mismo se queda petrificado ante lo que ve. Su diosa, su figura plateada, la escultura más perfecta del mundo, se derrite ante sus ojos y toma vida. Está bajo el pedestal que la eleva, y camina dejando un rastro plateado a sus pies. Mariano se frota los ojos y atónito la ve alejarse corriendo a toda prisa. Mariano no se mueve.
Benito recoge el toldo que acordona la puerta de entrada de la ferretería. Si no se apresura el toldo se puede estropear con el agua. Es tan viejo que apenas se sostiene ya. Pero el no está dispuesto a comprar uno nuevo, y mucho menos su padre. Ni siquiera quiso llevarlo al médico cuando le estalló la pólvora en las manos. Por eso está seguro que su padre no comprará otro toldo. Lo mejor es recogerlo rápido y que aguante. Que aguante como su madre lo hace, aunque sea rezando a todas horas. Que aguante como él lo hace, aunque tenga que frotarse tanto las manos que de ellas salga fuego, y luego tenga que aguantar el insoportable dolor que no lo deja dormir y le aprisiona el pecho. Que soporte los días como todos ellos lo hacen. Aunque es tan difícil cerrar los ojos. A veces se encuentran los tres con la mirada, y callan. Tratándose de secretos, ellos son expertos guardianes. Nadie llegó a descubrirlo, pero ellos si saben, y callan. Callan que aquella muchacha murió de otra forma.
Su cuerpo apareció entre los escombros de la explosión del taller de pirotecnia clandestino que el padre de Benito tenía al lado de la casa de Mariano.
Mariano lo vio todo.
Vio como Benito arrastraba a la muchacha y la forzaba. Vio como la dejaba tirada en el taller, y como lo incendió. Todos creyeron que fue una casualidad que la niña estuviera allí en ese momento, los niños del barrio se acercaban con curiosidad. Fue una terrible desgracia. Nadie pensó más allá de lo hechos. Mariano lo vio todo y tiene que vivir con ello. Nadie lo hubiese escuchado. Quizás si en esa época hubiese tenido su abrigo azul... Por eso no le gusta Benito, y nunca lo mira.
Hoy no es un buen día para explorar. A él le gusta llamar así a lo que hace. Le gusta ir cargado con enseres de un lado a otro. Merodear, acariciar con la vista los contenedores. Volver a casa con las manos llenas. Hoy regresa con ellas vacías por la lluvia
Mariano es colillero vicioso, sucio. Tiene un libidinoso gusto por el abandono. Rondador de despojos que la gente acumula en cualquier lugar. Camina sólo entre la multitud. Vive en los límites de la ciudad que lo asedia cada mañana. Desayuna con el sabor agrio, salado y dulzón que le ofrece una colilla y así saborea el día y lo disfruta intensamente. Mariano a su forma es feliz, o quizás no. Nunca está desesperado o perdido. El nunca se para a pensar, lo posee todo. Sólo necesita encontrar el hueco y acomodarlo a su memoria o a sus sueños. Sucede en la noche, cuando empieza a amodorrarse y en un ondulante remolino se hunde el cerebro y se hunde su mundo.

Sevilla-Cádiz

Si en los viejos peajes de Las Cabezas de
San Juan,y después de Jerez
hubiéramos vislumbrado el mar:
nadie pagaría moneda alguna.


Sentiría el efluvio de la humedad,
el ligero frescor del viento marino.

Se podría haber visto a los grandes barcos
a las iguanas viajar por entre las rocas de Sancti Ibañez.

Hubiéramos soñado en bebés
que podían deshacer su piel
frente al sol que no distingue edades.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Crónicas de posguerra: Isabel

Su pelo tiene el color de los años, su mirada fluye en la tristeza, su casa es la última del pueblo, tan distante que solo una delgada línea de tierra – por la que pasan las bestias del campo camino de regreso- la separa de una inmensa extensión de trigo infectado de amapolas que parece una cara llena de granos rojos; rojo amapola.
A su marido se lo llevaron los milicianos, un día se lo llevaron y no volvió más. ni ella lo buscó.
Cada tarde , Isabel se sienta en la puerta de su casa – como si esperase un golpe del destino- inquieta, preparada; y al anochecer, cuando el suelo huele a descanso, recoge la silla y la deja en el portal preparada para el día que sigue a otro día y a otro día. Le gusta andar descalza entre las piedras del patio, mojarse los pies con el agua que saca del viejo pozo, y los brazos, y la cara, hasta que acaba volcándose la cuba entera desde la cabeza, luego sonríe acariciándose el cuello satisfecha se alisa el camisón empapado, el agua le chorrea entre las rodillas hasta formar un charco en el suelo. Ella se deja acariciar por el agua bendita de su casa, esta si que es agua bendita –piensa- y no la de la iglesia, y allí espera que el sereno de la noche la seque, y luego duerme...
No hay luz, ni en la calle ni en el hogar, ni siquiera es una calle, parece una casa abandonada por el pueblo con una mujer abandonada por ella misma.

Está debajo de la lima. El cuerpo de don Francisco Gómez Estrada
está debajo de la lima, y el de su caballo también, por eso ella siempre espera.
Hace tiempo que los civiles fueron preguntando por él - tenía que hacer ese camino casi a diario- y le preguntaron si lo había visto.
En el pueblo hablan, hablan y calumnian impunemente casi todo el mundo, en especial de ella, es el tema favorito en las pilas donde las mujeres lavaban la ropa y ensuciaban sus conciencias. Ella nunca niega, ni afirma ni hace nada, pero los civiles no la veían capaz, “tan débil”...

Tiene la vista cansada de coser, pero no de llorar, nunca derramó una sola lágrima, ni siquiera aquel día, cuando a traición la cogieron por la espalda cuando entraba su silla, la tiraron al suelo , la sujetaron dos de la cuadrilla y él la penetró con fuerza una, y otra, y otra vez hasta que se cansó.
Estuvo dos días sin moverse del suelo, en el mismo lugar, no se movió durante dos largos días, luego se dirigió hacia el pozo, cargó la cuba de agua y se la volcó de un golpe sobre la cabeza.
Sigue cosiendo, un día, otro día y espera...


Son las fiestas del pueblo. La comitiva municipal junto con los paisanos van a las afueras para celebrar, pasan por su casa y lo ve sobre su caballo
avasallando a los que van a pié.
Don Francisco Gómez Estrada hizo un buen casamiento con la hija del alcalde, y tenía una querida en la capital a la que visitaba con más frecuencia que a su mujer; pero ella es su debilidad porque se muestra ante él férrea, y lo enciende hasta llevarlo a la locura, por eso la forzó como un cobarde.
Ella lo esperó todo el día. Cuando el pueblo ya dormitaba, el cansancio y el vino fueron sus aliados.
Once puñaladas. Le ha asestado once puñaladas por cada uno de los días que ha esperado. Luego lo ha hecho con el caballo. Cava durante toda la noche, al amanecer, ya no queda rastro de nada.
La gente habla y habla, pero nunca saben la verdad. Ella sonríe, nadie sabe la verdad...
Cuando la luz de sus días se iba extinguiendo , hace las diligencias pertinentes para donar los terrenos de su casa al pueblo y muere en paz.
El tiempo ha sepultado los hechos, y el tiempo los saca al exterior.
Después de quince años se deciden utilizar los terrenos de esa vivienda para la construcción de casas protegidas por el gobierno.
Un grupo de trabajadores excavan en la tierra para cimentar la construcción y descubren el cuerpo de un hombre y un animal que parece un caballo.
La comisión que dirige el proyecto decide acallar el hallazgo, para evitar que las casas tengan dificultad en venderse.
... Una mujer camina por la acera, se detiene y dice a uno de los obreros:
“la gente habla, siempre habla, pero nunca saben la verdad de los hechos”
sonríe se da la vuelta y desaparece lentamente ante el asombro de los dos hombres.

martes, 2 de septiembre de 2008

Ese amor interminable

Antes de que lleguen las hormigas

a la carne podrida, habría que enseñarle

el camino a las flores...

Evitar los crisantemos de viejos juicios

que han permitido continuas alabanzas

del lugar del descanso eterno.

Incorporar nuevas imágenes deliciosas

en el fin de la noche;

beber el hechizo del amor en tu boca ,

mientras todos duermen en la ciudad

callada, sintiendo tu ausencia.

domingo, 24 de agosto de 2008

Erotismo frustado

El crepúsculo cuando se hace noche
invierte la luz, inserta en las almas
deseos ajenos,busca bellas damas
que siembren en su pecho un reproche;
inventa una osadía de ánimos infundidos
una espera que deshaga lo luminoso,
un deseo de acabar hechos nunca oídos
en los inabarcables besos amorosos.
Buscar lo erótico es deseo ajeno,
desearlo convierte esa luz tibia
en imágenes que reflejan apenas
la rotura de un hueso, el sabor del heno
acompañando al amigo, con desidia
dejar al lado añoranzas, antiguas penas.

Turismo de calidad

En el umbral del verano: las calas de Menorca ;
en ese ambiente sutil de los impasibles
empieza a oler como los días cotidianos.

Viejos barcos excelentes de vela
de deslumbradoras ideas navegan casi solos
los rayos del último sol los cargaron de energía

Antes que el coma etílico
con el consabido piloto automático
los lleven al pairo en aguas tranquilas

un experto piloto hace girar a barlovento
las velas que no existen, la máquina aguanta
y antiguos y viles amigos avisan del desvío del rumbo.

La razón de la luna (nº2)

Palabras importantes, palabras mentira.

Hay mentiras
inexplicables, exclusivas,
que restallan para acallar cualquier verdad ;
blancas como una luz cansada
que te llevan hacia otro lado,
azules, esféricas aristas
que encajan sin querer,
azul hasta la herida.
Las hay de colores
dóciles, ágiles, flexibles,
que nos adormecen
como planetas apagados,
rojas, que aturden y eclipsan,
ondeando como una bandera
y que lo aclaran todo.
Hay mentiras que restallan
para acallar cualquier verdad;
inexplicables, exclusivas.

jueves, 21 de agosto de 2008

CINE DE VERANO

A la entrada del cine parecía que amanecía:
era un cine lleno de cisnes, gaviotas
de una playa que se escondía
detrás de los edificios colaterales.

Batman, el señor de negro,reía
como un Joker cambiando de identidad;
Ghotam seguía siendo los mismos edificios
grises, que se deshacían con el vapor.

El jefe inspector de policía sonreía
ante el millón de dólares ganados con esfuerzo.

El" señor de negro" imaginaba cabriolas circenses
y, entretanto, disfrutábamos de un ocaso interminable
amanecible por defecto, imposible de alcanzar
allá tierra adentro, en el mundo de los pasos imposibles...

lunes, 18 de agosto de 2008

CUANDO NO ESTÉ



Cuando no esté se acabará tu alegría. Las largas tardes sin hacer nada ya no serán de tu agrado. Te faltarán tantas cosas…

Dime cómo conciliarás el sueño sin mis caricias. ¿Quién te despertará de tus pesadillas con un beso?, ¿quién te apoyará en tus errores?

Amanecerá y será de noche. Anochecerá y no habrá estrellas, y tú estarás sentado, esperando despertar sin ni siquiera haber tenido sueño.

Cuando no esté descubrirás mis virtudes. Apreciarás mis conversaciones y reconocerás mis logros. Dirás que fui grande y agraciada y buscarás en tu cajón los poemas que nunca leíste.
Y entonces, yo te digo que llorarás por mí.

Pero sólo será entonces, cuando ya no esté, cuando sabrás que me quieres. Nunca antes. Nunca ni un segundo antes.

El calor que no guardaste, el beso que rechazaste, las palabras que nunca oíste…y yo….Dios me perdone, volveré para abrazarte tan fuerte que nos duela, para cuidarte hasta el último de tus días... porque ése es mi sino y, ESCUCHA POR UNA VEZ: ¡ también el tuyo!

jueves, 14 de agosto de 2008

Eres

Llevo tiempo con este poema, intentando escribirlo, como una partitura que eres incapaz de acabar aunque las notas resuenen en tu cabeza, las palabras alambre, frágiles y dóciles que ululan incesantes sin acabar de adquirir forma, palabras castillo que se alzan y desmoronan, palabras torre que te vigilan en la noche, palabras armadura que no quieren salir, palabras caballo que hoy cabalgan por esta página.
Este poema es para el centinela de las cosas sencillas.

Eres
la última palabra limpia y clara
fruto cifrado como un poema
la herida que ya se ha dormido
Eres
volver a una habitación de la niñez
mirar a través del espejo- estanque plateado-
y ver más allá de todas las cosas
Eres
silencio, estrella callada
como un haz de luz en la noche.
Eres
el guerrero secreto
que atraviesa mi provincia.
Eres
la verdad que encierra un verso
página vacía para mi lápiz eterno.
Eres
el color que se hunde entre las sábanas
la mano que alisa mis labios impacientes.
Eres
el único idioma
que mis manos transcriben
Eres
mi última palabra,
límpia y clara, eso eres

Carreras

En el justo instante en el que el carguero
surcaba la línea del horizonte de Doñana,
caballos de dueños ágiles
ignoraban las apuestas de los chiquillos,
inutilizaban la tarde...

Luego, llegaba el fin del verano, en Bonanza,
y gente rugosa ,
sin el artificio del circo
volteaba al oso que hacía aspavientos
cuando comenzaba el runrún de los barcos.

lunes, 11 de agosto de 2008

EL VIEJO ESPIGÓN (Sanlúcar de Barrameda)

Durante dos horas en el viejo espigón
estuve observando a un marinero rugoso
disparando su flecha al mar.

Había veces en que aparecían sirenas mayores,
otras veces, antiguos peces,con ojos retorcidos,
suspiraban clemencia:
casi todos ellos eran jóvenes
que se servían de los despojos del mar...

El viejo tomó su camino de regreso
con su cara enrojecida y su pulpera,
haciendo inútiles esfuerzos al infierno,
invocando a los dulces vientos de poniente,
imaginándose un mundo sin aires contrarios,

a un solidario Neptuno, también viejo,
que le haga recordar sus pasos de la infancia
el odio y el amor que las olas olvidaron.

domingo, 10 de agosto de 2008

IMAGINARIUM

IMAGINARIUM

Ocurre que a veces uno
se despierta en un sueño de amor o de pena,
al despertar ha dejado una deuda por pagar,
lleva días sin tomar caldo, nada caliente, nada sólido, nada.
Es por la mañana, la calle hierve en gente
que te devuelve al filo del cuchillo,
todavía no te has llevado nada a la boca:
la leche, las pastillas o el petróleo.
Ocurre que despiertas con una deuda,
sin saber por qué los sentimientos
fluyen en el vértigo de la inquietud,
y piensas que tal vez si se parezca al amor.
Enloquecido, buscas la salvación de la víctima
sobre campos de exterminio.
Sólo cuerpos mutilados con el estómago vacío. Y un nudo.
No quieres esa vida para tus hijos.
Ocurre que si no has despertado
todavía, te quede una oportunidad
o te derritas entre humo y sueños.

Este poema pertenece al libro" el humo que gotea", en este libro pretendía hablar de las cosa que nos producen pena, una situación fuera de control, o los sueños que te dejan mal sabor de boca ; la idea surgió de un poema de Derek Walcott ( premio nobel en 1992) de su libro "La abundancia", en el que describe un retrato de personas que van hacia el trabajo en una fábrica gris; sus calles, la niebla y el humo que impide que amanezca. Entonces pensé que había mucha tristeza en esa descripción, el humo goteando, ahogando.
Esta es una imagen descriptiva y precisa en el poema y pensé que de alguna forma describía el sentimiento

viernes, 8 de agosto de 2008

Ya sabemos

Ya sabemos que arrastrar los pies en la arena
deshace los callos y las durezas del alma
hasta que te encuentras a un viejo sucio
sin candil
vendiendo gaseosas y ánimo a los vecinos
del bloque.

Evidentemente sostienes la sobriedad
de una playa familiar
que, por la mañana, soporta el grito
de ese viajero que no acabó la noche
y que pronto marchará a su lugar.

A veces, luminosas señoritas me hacen
sentir miedo de la envidia de mí mismo
del hortera de este año

Y con los ojos inabarcables y rojos
recorro el mismo paseo marítimo
que me ha hecho soñar
con las mismas noches de la infancia.
En estos días,

y en este sol de la ausencia

el color azul del cielo es amargo

lunes, 4 de agosto de 2008

Mecanografía de messenger

Siempre había enaltecido el rango de las teclas,
los míseros derrumbes del amor
con sucia tinta reflejado...

Saltar de una letra a otra era una osadía
que, con el tiempo, sucumbía al suave roce
de los dedos;

incluso la antipatía era difícil de escribir,
el sueño más imposible, por codicia;
y los brotes de pasión no dejaban al punto
sin descanso.

No sé si los indescifrables apócopes del asunto
me han hecho viejo,
si el contenido de la frase es el mismo
o si, en esta ocasión,
debemos dejar dormir
a las yemas de los dedos que no expresan
tan raudamente las íntimas líneas del olvido.

domingo, 27 de julio de 2008

Tren de cercanías

En el año 2004 presenté a un concurso este libro de poemas, empolvado se removía en el estante para volver de nuevo a la vida, no usé ninguno de sus poemas, ni siquiera lo había vuelto a leer. Ahora mucho tiempo después ha vuelto exhalando su dócil humo...


Durante un tiempo
caballos sudorosos atravesaban
las praderas encendidas...
Luego llegaste tú
con iguales intenciones:
vagar –exhalando humo-
por todas las superficies
que ante ti se extendieran;
y llegó contigo la magia
de poder cambiarnos de espacio
sobre tu lomo erguido
y que esto fuera toda una aventura
como los sueños que siempre
empiezan.



Un contorno descifrado,
centauro de la vía,
sobre tierra húmeda y caliente
...ni en la noche descansa.




Los turistas solían retratarlo
como algo singular
que arrastraba con cansancio
o el peso de los años
o las miserias de la gente
que sobre él se deslizaban sigilosos


Tu tacto y el mío
se confundían con el trajinar,
un cielo pleno de carbón
nos caía sin clemencia;
pero eras majestuoso,
jugábamos en tus vías,
escenario de prohibidos juegos,
tan solitario a veces
y otras universo
de mafiosos y ladrones.
Recuerdo tu nocturno silbido,
me hacía soñar con el viajero sin perfil
que o se iba o volvía
con su impenetrable misterio
hacia el desgarro de un andén cualquiera.



Sobre su lomo viajó
un ave herida
¿ se puede tener más ternura?






...Dicen que tiene
un pacto con el viento,
y a veces, se les ve allí
juntos los dos
parados en cualquier cuneta.




Es el asilo de la noche
una luz parpadeante a lo lejos
y las puertas abiertas
de esa vieja estación
- desgastada por el uso-
que nos abriga el frío del alma
cuando esperamos
el regreso.

Este es parte del trayecto que dibuja mi tren de cercanías, propiciando encuentros y desencuentros, vidas, momentos que transcurren a través de este singular viaje.

viernes, 25 de julio de 2008

A Lope de Vega

Si Marta de Nevares hubiera alumbrado
tus ojos, la dulce sonrisa de ella, enajenada,
hubiera impedido los dolores de lo acordado,
el olor de la música a la interperie; nada

se habría representado ajeno a lo imaginado;
el sabor de las quehaceres sería una mañana
devanada por los círculos, rima imperfecta
que cree en los ideales de un ruin soldado.

Mujer, demuestra tu dulce ímpetu sola,
arrastra tu ceguera con viento ajeno
imagina a los dulces sin el engañoso futuro;

descubre en ese viejo amor -por inseguro-
al lívido revolcón, al triste heno,
a la sotana,al temor de la antigua bola.

UN DIA EN LA VIDA

I


Declinante en manta roja
y soberbio
como por asfixia
se va escondiendo
en la penumbra;
fácil manejo el de la carta marcada.

Tabernas repletas
de gente ensimismada,
candor...efusión y tristeza en el horizonte;
avería del espíritu la noche

biela árabe ilumina
el rostro encanecido
y en el agua un suspiro de viento
revolotea,
parpadea débilmente
en la orilla.

... Y otra muerte que te espera
con silencios
mórbidos
desgarradores
obligatoriamente fieles;

claveles rojos
y rosa también
-en el orto moribundo próximo-
que te esperan;

sacas fuerzas de flaqueza
te defiendes, ¡luchas!

...para nada...


Los cuernos de la noche son asta de toro;
remueve las cenizas
échalas al viento
y...¡ ya verás! ¿Qué?

Esconderse la biela árabe
¡maldito!
monstruo que a zarpazos
de sol a sol te defiendes
sin vergüenza
ajeno al propio ser

a la individualidad,
pensando en el fantasma
del más allá,
en la linterna mágica
que te salve
DE LA OSCURIDAD ETERNA.




II

Pensaste entonces...
en volver,
en hacer desaparecer la claustrofobia.

El aliento
inquieto aún
se retorcía como víbora encañada
golpeada por el más mísero y efímero de los placeres:
la vida cotidiana.

El quehacer devastador de los edificios
de aquella ciudad
aletargada
cansina
alejada
en espera de pisadas en el culo
asentado en la acera,
rasgueando el placer resabiado
de lo que no gusta;
¡masoquismo inútil!


pitas que sólo pinchan en la piel
sin dolor
cosquilleo que despierta;

y andaste el camino
y ahí te ves
ajeno,
fielmente apegado a una ciudad
muerta
incansablemente insatisfactoria,
como aquellos días de verano
requemado por el sol
huyendo a la sombra
¡ Lagarto arrepentido de su sangre!


III


El último respiro
socavón o corriente,
arrastrando legajos y lodo de la otra noche
excedida, sin sofocos- eso sí-
sin alteraciones
bruscas,
brillante, espléndida, casi normal,

con un serón de arena fina
rociándola como fuente de deseo,
paseándola contigo y sabiéndola
sin fin
sin limitaciones
con leves vaivenes de cabeza de chorlito
de entusiasmado...
y sabiendo que las aceras son rectas
ni curvas ni quebradas,
sólo rectas como el camino de lo exacto
o... de lo breve:

cualquier cosa con saborear un buen vaso de vino
tensador de venas
relax de los nervios
mundano placer penicilium
deseo infinito de Dionisos.

¡Vivir para beber
en un tango-trago interminable!


IV


Con largas ancas y sudor bíblico
has alcanzado ya la tarde.

Viandas que se repiten, agujeros en los ojos
y un lagarto paseando
frente al mar
ante la nada;
y todo lo que piensas reminiscencias
bañadas por los últimos rayos de la muerte
anaranjados
vibrando entre los tuétanos de goma de tu cuerpo.

¡ Ese largo suspiro el de la tarde!

Bumerang de ideas alocadas en círculo vicioso inevitable.


V


Ya el orto.

Primeros rayos pesimistas en el cuarto;

un falso fresco te golpea en el rostro

cansado de no dormir eternamente.


Los ojos de pantera, una ilusión:
escalera a la luna quebrada
hundida en el laberinto tan oscuro,
realísimo.

¡Tan triste la mañana...
que,sin remedio a la calle,
a la huerta humana,
a madurar sentimientos creados por la comunidad...!

...Mientras se va repitiendo el pitido de la cafetera,

pero ya el café ha dejado su primera huella en el asfalto.

SECUENCIA







Hoy la niebla está impidiendo oír una sonata;
esa falda casi transparente y aviolinada como único enser
descubre una cobardía hecha de jirones grisáceos en el mar.

¿No serán natillas tu sustento? Pero...
poco a poco vas afilándote entre sollozos mustios,
gritos de dolor rodeando el poliedro que es tu mente,
azucarado y larguicándido como garza aceitosa.

ese largo aliento flaquea, disminuye soberanamente,
se escurre por los pámpanos de los tejados
dejando un sabor agridulce a tu valentía.





Nada hay que justificar. Todo es longitud liberadora.
Ir parcheando las ropas descubre al cuerpo demasiado pronto
lo enajena demasiado pronto, lo vacía...

¡Nada hay que justificar!
A no ser esos besos que se escapan de la boca
como lanzados para herir
o esas llamas que nada tienen que ver con lo eterno.





Al final... el color se ha confundido con la noche
atravesando miles de callejas llenas de carroña
y ahuecando el ala por lo que pueda suceder.

Las teclas se han quedado sordas
mirando al violín de la noche, escudriñando tus entrañas
...eso sí, ¡ las más profundas...!


En la superficie continúa la jácara que nos amordaza
¡ y eso siempre es evitable...!



No es un verso,
sólo un ritmo de vals esperando ver tu cara...
¡Así se alargue hasta el infinito...!
en espera de un tiempo más corto para jadear.

No, no es un verso...
es un ritmo de vals eterno y etéreo como la aprehensión,
esas ropas regaladas en beneficencia
para presumir después en el silencio de la música.

No... no es un vals...





Has visto la naturaleza derretirse en tus venas,
esparcirse por los recovecos en silencio.

O...¿ acaso los grumos de la mente te obnubilaron
para desaparecer en la lejanía para siempre?

jueves, 24 de julio de 2008

poemas sencillos

Con este título empecé una serie de poemas breves -pero intensos-. En él pretendía hablar de ese tipo de sentimientos que a veces son clandestino, o bien porque se disfrutan de forma oculta o porque no se llegan a realizar y se mantienen frescos a la vez que perpetuos en la memoria. Es el deseo el que no mantiene vivos, y quería valorar también ese aspecto de la vida en los poemas, aunque no sé si lo terminaré algún dia. He de reconocer que este tipo de textos son los que más cuestan. El libro está en proceso de creación; ahora en crisis, pero de cuando en cuando comienza a latir de nuevo.




Veo en el viejo mapa
signos de colores
indicando lejanos lugares
así te imagino
un extraño ovillo multicolor
ofreciendome cualquier destino




Dibujo ondas en un papel
cuando quiero pensarte escrito,
no sé a qué atribuir ese matiz inconsciente;
me pregunto si se asemeja
a tu desnudez, y a lo que haría yo
en esa circunstancia.



Con el descrédito que causa
el implorar las cosas,
no acabo de entender
por qué persistes en ese empeño tuyo
de prepararme las cenas.
Ya sabes que si como, no duermo,
y si acaso fuese esa tu intención
para asaltarme brutalmente y que
juntos acompasemos cualquier ritmo africano,
pierde cuidado, no es preciso lo de las cenas,
voluntariamente me ofrezco.

Estos son algunos los poemas que van configurando ese libro. Espero acabarlo algún día...

martes, 22 de julio de 2008

Un rechazo evidente

La ciudad está hoy fatigada y duerme.
Son las cuatro.
Algunos reflejos acuden a cerrar la tarde
que ahora empieza...y los seres se abandonan.
Es la siesta.

¡Sentirse triste y desganado es tan fácil...!
lamentar momentos de oscuridad es sólo un deseo
como despreciar cualquier intento de acción
o inocular veneno en los vientres más vírgenes.

La ciudad duerme,
se diría que siempre ha pasado el silencio por aquí,
que las abejas nunca han existido
y que el viento ha sido un ligero soplo inaudible.

La ciudad duerme...
mientras una vieja, sola, mira al cielo
pidiendo que no la solicite tan pronto.
¡Prefiere este silencio, esta soledad...!

El adiós

Qué pronto nos dispersaron
mientras el tren discurría sin compasión
y largas lenguas de humo maldecían
a la tarde herrumbrosa y casquivana;

qué vanidad la del viajero olvidado,
el del adiós inesperado por seguro
con pequeña recompensa que eran besos amargos
acudiendo tarde y pronto como nunca.

Qué largo adiós en la lejanía...

Agridulce aguafuerte... Descosido de hilos
desmembrado y turbio como la miseria
el tren arrojaba lamentos sin sentido y sin regreso.

domingo, 20 de julio de 2008

EL arte de asesinar al poeta

Este poema fue el que dio título a un libro que escribí en 2005 después de haber mostrado mis textos a una persona y no obtener el resultado que esperaba, ya he publicado en este blog otro de los poemas del libro y conté la historia. Cuando escribes un libro entero, y a mí me pasa con frecuencia, no reparas en el poema individualmente, hasta que un día vuelves a ellos y los ves con otros ojos. En este libro yo me desahogaba de una mala experiencia, y en vez de escribir un texto panfletario flagelándome por la incomprensión, fui capaz de escribir poemas que algún tiempo después han llegado a servirme, me han ayudado a creer en mí, que a veces dudo -como todo el mundo supongo- de lo que puedo llegar a conseguir, guste a quien lo lea, o no guste. Esto a veces carece de importancia. Creo que uno de los fines de la escritura es que en algún momento puedan ayudarte a ti mismo, o a alguien en tu misma posición. Ser capaz de mirar las cosas con distancia aunque duelan. En una ocasión Carlos Edmundo de Ory me dijo que el poema era sufrimiento , que el dolor es la poesia en estado puro. Aunque no esté totalmente de acuerdo en que la poesía debe surgir desde el dolor -no siempre-, sí es cierto que al ser un sentimineto tan común facilita su comprensión.




Es una tradición familiar
asesinar al inocente, al mensajero,
al joven o al poeta.
Después de tantos años y guerras,
entre el derrumbe y el olor a limpio,
volvemos cada vez más a menudo
con las manos ensangrentadas.
...De rodillas o descalzos
sumisos o humillados...
Anotamos en la lista interminable
los nombres de las víctimas;
nombres que se olvidan aunque
el gesto no se pierda,
escritos hoy para ser leídos mañana,
de sombra en sombra,
desde ayer hasta antes del alba,
desde el invierno, hasta un cuerpo desnudo
donde el poema se cristaliza.
Luego llega la realidad
con su arte de matar -como tradicional verdugo-,
que con toda impunidad y limpiamente
nos cierra los ojos a plena luz día.

martes, 15 de julio de 2008

Un paseo personal por la novela española ( Parte I)

La sugerente novella de los renacentistas abrió una luz al sexo femenino. Dejó al Gran Duque D’Orsini (el amante de las muy jóvenes mujeres) darle dos besos a los eclesiásticos que repartían hostias a diestro y siniestro, avanzando en una época que nos roza y la obviamos ¿Imaginas a dioses y héroes de la infancia abriendo el camino a las carretas que desembocan en el presidio de Cervantes?

Aquellas novelas que infundían valor a Tartarín de Tarascón con su dama y su dragón, siempre fueron atrevidas, divertidas a los nobles de la época. Las de amor eran sólo cartas que insistían en la lívido de Diego de San Pedro. Algunas veces me acuerdo de Platero, que, por cierto, se aleja más de la marisma para no hacer de una pasión una historia.

De las de Caballerías ya he hablado. Las Bizantinas dejaban a los héroes vagar por anchos mares buscando el mismo fin: el amor de los desesperados. ¿Acaso no es importante un bizco en la picaresca? Siempre se ha pensado en el ciego, un ser inexistente por su propia idea: la de ser ciego en un mundo miserable que espera algo más de los que no lo son. Por ahí va desapareciendo la novela. Empieza a sentirse un cierto resquemor de relato corto que te aleja de los clásicos.

Siempre me han importado las mujeres. Las vi en las antiguas Serranillas con bigote y cierta altura de feministas de ahora. El Guzmán es un afrodisíaco; El Diablo cojuelo un voyeur avant la lettre . Las respeté- ellas a mí no- pensando que podría construirse la nueva novela, pero el “Vaporcillo del Puerto” ondeaba por ese incierto mar de velas y no atendía a la proa ni a la popa.

De mi amigo Cervantes- el gran creador de la novela moderna, sin nombrar la suya- sólo una pequeña batalla con La gitanilla. El celoso extremeño, un gran viejo cornudo deshaciendo los hilos de la historia, con una batalla en la que no hay ganadores ni perdedores -la nueva imagen del Vial Norte- y dos pequeños pilluelos traspasando Sierra Morena para desembocar en la desidia de la gran urbe sevillana en Rinconete y Cortadillo. Ya sé que hay muchas otras cosas más.

No pensaba saltarme las novelas del dieciocho; pero no existen más allá de las reformas de las cuales hoy todos nos sentimos reforzados ¡Sólo Aranjuez!

Bueno, volvamos a la historia de las novelas siguientes. Hubo un señor que criticó todo lo de arriba en su “Teatro crítico Universal” ( ni teatro ni novela);lo llamó teatro para olvidar la historia de Clarín, que hablaba de esa mujer la cual deseaba el amor de la Medicina (no la confundo con Madame Bovary), mientras las calles de Vetusta se surtían de papeles y hermosas lumbres del atardecer. Pero Galdós- ese al que llamaban “Benito el Garbancero”- no perdonó. Creó un pequeño pillo (Gabriel de Araceli) que no se atrevió a luchar con los franceses porque eran pocos. Fernando Calpena era un señor de los de antes, que imaginaba a las señoras en top lees en la Playa de La Victoria con refajo decimonónico. Algunas veces en las pequeñas playas de Sancti Petri- el auténtico- me parece navegar en la gran nave Victoria (la que nunca existió para alegría de los ignorantes) y odiar a Nelson y dejar al gran Faro de Trafalgar iluminar el cielo. Los restantes héroes de Galdós son simples imágenes.

¿Y adónde salto yo ahora?

A Belarmino y Apolonio ¿ un liberal que se convirtió en conservador como los directores de instituto de ahora?

La novela modernista ¿Qué es? Las cerezas del cementerio. Título que me hace recordar al Chéjov en las costas del Gabriel Miró de El Obispo Leproso. Siempre ha sido un timo que ha hecho que me aleje de las novelas extranjeras.

La tremenda guerra- no la primera, ni la segunda- nos dejó aquí abandonados con Las ratas de Delibes (antes las de Pedro en Tiempo de silencio). ¡Qué desastroso título!
Max Aub nunca supo decir nada. Se exilió.

La familia de Pascual Duarte (anterior a las anteriores) fue el fruto de un censor desacompasado que escribió sobre la sociedad madrileña (La colmena) de entreguerras pidiendo tabaco a los pobres. Allí murieron sus ganas de Pabellón de reposo. Su Viaje a la Alcarria buscaba miel y desamor en los labriegos.

jueves, 10 de julio de 2008

EN LAS ESPALDAS DE LOS EDIFICIOS DE NUEVA YORK



En las espaldas de los grandes edificios de Nueva York
aparecen negros
con joyas nunca imaginadas,
vomitan letras con ritmo de blues.

En las espaldas de los altos edificios de Nueva York
se asientan los temores de la Gran Ciudad
los tumores de los dulces vagabundos del Parque Grande.

Parecen que vigilan grandes cascos de platino
las mismas pisadas de caballos
dóciles índices de la imaginación.

LOS CALLEJONES DE LA FACULTAD

( Dedicado a mi gran compañero Miguel Calvillo)


Frente a los frontones de Florencia
faunos asomaban bocas sugerentes
que te hacían olvidar las calles de Córdoba
inimaginables.

El ánimo de los tristes nos acercaba a DISCO TRES
viendo a los dolchegabana de su tiempo
tipos de labios ardientes y féminas de dulces zapatos
que despedían a los mismos tristes a la acera.

Subir adonde los ciclistas
no había pedal que soportara el dolor

Bajamos a los llanos fértiles del aeropuerto
y no había nada, una imagen, una desidia del respeto
a los muertos que aún no habían nacido del alma
de los muertos que vivían en lo acádemico.

Y así nos hicimos licenciados del ayer
aquellos que abandonarían
al más mínimo indicio de soberbia

Nos volvimos imágenes de lo cierto
de las más tremenda mansedumbre.

lunes, 7 de julio de 2008

EN LA MAR

Ahora se podría triunfar frente al mar,
la gente alejándose del invierno
ocupa una línea dulce en la memoria.

Las dunas son cobijo
de débiles almas que no supieron despertar
del amor a tiempo.

A veces, la vida conduce demasiado lejos
atasca ideas que reverberan junto al sol
dejando un ligero sabor a algas

y así el verano aparece inesperadamente
olvida las grandes autopistas
y te encierra en la cabaña
donde los cubiertos son alimañas

Viejos amigos que navegaron en la infancia
aparecen como despiertas sombras
alimentando una parte de la locura.

lunes, 30 de junio de 2008

EL PALMAR

Mientras los barbudos pasean por la playa
la luz del atardecer muestra su osadía
y viaja con maletas enemigas de fuerte pudor
mirando de reojo falos inútiles para el amor.


El mar se suaviza,espejea frente a los últimos ojos
que lo miran,deshace fuertes poesías
de viejas casas

que acompañan la estrecha y pequeña carretera,
emite gemidos de vaca
que la antigua vecindad oye
apenas


Alemanes circulan callados en volsvaguens
de viejas ventanas, sólo oyen el rumor
del mar,que con los acantilados de Conil
asemejan a un fantasma de verano

domingo, 29 de junio de 2008

Ella

Si hubo algo extraordinario en ella
nadie podrá saberlo
calienta la sopa
cuenta las horas fuera del día
a veces se cepilla el pelo
si proyecta siluetas
hábiles en su trayecto
son los mismos ojos, la mirada no
no los hijos, la calle vacía
el marido no.
Los brazos que se desploman
pasos en el barro, ella, el sur.
Se olvidará que ha sido
son los ojos
guardará silenciosa su sombra
no la mirada
excepto en el equilibrio extraño
de quererse o no
no hay nada comparado al infierno.

Este poema lo escribí hace unos días después de volver a oir esa noticia tristemente habitual del asesinato de una mujer a manos de su pareja. No puedo dejar de sentir escalofrío de pensar en que hoy una mujer es un blanco al descubierto... y seguimos sin hacer nada..

jueves, 26 de junio de 2008

Vivienda calcinada

Sonrió con amable tristeza,
clavó en mí una larga mirada
llena de cenizas de migajas de pan,
y todo comenzó a incendiarse...

El frío gris plata del humo
impidió respirar a los que miraban
cómo ardían las traviesas...

sábado, 21 de junio de 2008

" Un invierno próximo"

Estos dos poemas pertenecen a un libro que empecé a escribir en el año 2004.
Hay un país que me ha llamado la atención desde muy pequeña, lo descubrí en el mapa de una enciclopedia que había comprado mi padre; 38 años después acumule todos los libros que pude acerca de él y después de documentarme escribí acerca de un lugar que aún desconozco físicamente.



“Creo en ti fuera del espacio,
al borde del tiempo.
Creo en la verdad
de tus barrios desahuciados,
sus calles prohibidas.
Creo en la deuda perpetua
que contigo mantengo.
Te enviaré mensajes
-entre las flores-
desde el pecho silencioso
de mi voz, caminará sobre ti
abriéndose paso entre los verdes.
..los verdes... , “transitan
por encima de los ecos
limpios en la memoria
arterias terrenales que descifran
el camino del agua”.

No sé si los verdes paisajes, o lo salvaje de su costa o esa gente que pertenece a una raza distinta, lo cierto es que supongo que aunque en el colegio reclamara continuamente información, nunca llegaron a satisfacer esa inmensa curiosidad que aún conservo.



“Durante mucho tiempo te busqué
entre los argumentos de los libros,
-Irlanda tránsfuga de un sueño-
te busqué tanto
que cuando te encontraba
caía la tarde, el sol y mis ojos
sobre cada página.
Nunca dejaste de asombrarme.
Cuando las dudas
en un gesto me quebraban,
desde la somnolencia me decías;
búscame en el mar”



Quizás prefiera mantener viva esa curiosidad de forma inconsciente y es por eso que todavía no lo he visitado, lo que si es cierto es que disfruté mucho escribiendo este libro.
E l motivo de que estos poemas estén hoy aquí es porque algunos poemas de este libro han salido publicados en una revista literaria de Antequera. Hasta ahora no me hacia gracia sacar poemas de un libro y publicarlos de forma aislada ya que en algunos textos, como en este caso, yo escribo con una idea de conjunto. He comprobado que estos poemas pueden sobrevivir también sin los demás, y ya que este blog me ha servido para dar a conocer parte de mi obra he creído justo ofrecer aquí algún poema también. " Un invierno próximo" es, además del titulo de la obra, una cita pendiente.
Con estos dos poemas son veinte los textos que he publicado en este blog, sin contar los que he borrado y aprovecho para disculparme por ello. Las personas que me conocen de verdad saben que esto ha sido un verdadero reto para mi que no me gustan ni los ordenadores - que utilizo arrastrada por alguna necesidad incomprensible aún para mi-, ni los blogs.

miércoles, 18 de junio de 2008

Un oficio imposible

Rojo, casi todo es de color rojo, eso sí, los matices en negro no faltan, la cinta métrica que cae sobre el cuello seco y prolongado, es dorada, el hilo tiene un color blanco extraño; muy tenso, engarzado entre las dos ruedas de la vieja maquina de coser, se desgasta dibujando una filigrana.
Una mujer joven de aire lejano, sobrada de carne, con gesto dócil, media sonrisa, serena, concentrada en su tarea, sujeta con dos diminutas manecitas algo partido en dos, no deja de pespuntear sobre él.
Al fondo de la habitación otra mujer con la cara medio cubierta por un sombrero, espera que termine la faena. Está inmóvil. Vestida de negro. Las manos sobre las rodillas. Parece impaciente por recogerlo. El traqueteo es ensordecedor, puntada tras puntada se va recomponiendo... ¿o quizás no?
Sobre la pared hay varias bobinas de telas, parecen de colores, aunque hoy todo es rojo. No se distingue bien.
Una lamparilla ilumina con timidez la estancia, desde luego hay más ruido que luz.
Siempre había querido dedicarse a su oficio. Era mujer, y estaba haciendo justo lo que quería. Quizás en otra época no lo hubieran permitido, pero después de una guerra, todos estaban demasiado cansados para ocuparse de un oficio clandestino.
Es remendadora. Normalmente se dedica a los trapos, pero también hace encargos especiales, aunque tenga que hacerlos a deshoras.
Empezó desde muy pequeña, lo mantuvo oculto mucho tiempo, pero ya no se esconde, solo trabaja cuando nadie la ve.
Vive en una zona de fábricas, algunas han empezado a trabajar de nuevo, otras necesitaran un tiempo para volver a funcionar, su taller está entre una conservera y un taller de reparaciones . Es un local que había servido para el almacenaje de ropa militar, lo encontró derruido. Ella lo hizo habitable. Ahora es su casa y su taller. Tiene mucha faena y la mujer sigue esperando con las manos entre las rodillas. Se le rompió , ella intenta arreglarlo.





Este es el relato que le escribí a un cuadro que me impactó cuando lo vi en una fotografía de la revista literaria "Litoral". Busqué a su autor( Carlos Lainez) la impresión fue mucho mayor cuando descubrí que se trataba de una de las pinturas de una serie que tenia por título " Los Oficios Imposibles", me encanto el titulo y los cuadros - que vi recopilados en un libro que me regalaron por mi cumpleaños - . Es una de las cosas que más me gustaría del mundo, ver esa exposición, aunque ya no se pueda. No soy entendida en arte, solo sé que yo me identifico con esos cuadros que representan oficios que no existen, pero deberían, al menos lo pienso así. El cuadro en cuestión se llama " La remendadora de corazones" y creo que necesitamos una más a menudo de lo que queremos admitir.

viernes, 13 de junio de 2008

Un prognóstico acertado

Comprendí que mi tristeza
no detendría a esas nubes,
aunque su instinto de supervivencia, era inútil
- se equivoca con más frecuencia quien mira desde arriba-
Bajaron las temperaturas, eso si,
que junto con un viento racheado
trajeron inestabilidad a los días;
la lluvia hizo tan escasa la visibilidad
que aún estando uno al lado del otro
no podíamos distinguirnos.
Un cielo inocente propició los cambios
las nubes corrieron hacia otros lugares
como seres con ganas de vivir,
y al sur de nosotros, una incursión anticiclónica
nos dejó cielos despejados.

(para Jose Mª)




No hace mucho tiempo que he leído a Wislawa Szymborska( Premio Nobel de Literatura en 1996) Y como casi todos los autores que utilizan una fórmula poética distinta me sorprendió gratamente. Desde luego recomiendo su lectura. A veces creemos haber leído mucho y cuando descubres un autor o autora de estas características te das cuenta de lo limitado de tu conocimiento. Al menos a mi me pasa, con mucha frecuencia, lo reconzco, y como la creatividad no está disponible a cualquier hora, ni en cualquier momento, como muy bien nos muestra el vídeo de Nosololibros http://bibliorios.blogspot.com/2008/06/la-bsqueda-de-las-ideas-perdidas.html, por eso intentas imitar estos textos que te impactan -aunque no llegues a su altura-. Este poema que yo he escrito con mucho atrevimiento por mi parte desde luego, es una especie de versión del suyo - me pareció magnífico- y se titula "Mañana- Sin Nosotros".


A continuación reproduzco un fragmento que está en la contraportada de su libro "Dos Puntos" y que pertenece al poema "Laberinto"( precioso también).


En algún lado debe haber una salida,
eso es lo más seguro.
Más no eres tu quien la busca,
ella te busca a ti.
Es ella la que va
tras de ti desde el principio,
y en ese laberinto
no es otra cosa que tú,
sólo tú, mientras se pueda,
sólo tú, mientras sea tuya,
huida, huida-

Wislawa Szymborska

jueves, 12 de junio de 2008

EL REALISMO SUCIO





En estos días, os habréis encontrado una cierta disputa amistosa que no iba más allá del deseo de querer expresar en poesía- asunto difícil- aquello que no es más un tremendo esfuerzo. Y en esta disputa, ha salido una etiqueta que aplicamos a determinadas maneras de crear: " el realismo sucio". Sirva este poema traducido de disculpa para todos.



PAZ
cerca de la mesa del rincón del
café
hay sentada una pareja de mediana edad.
han acabado de
comer
y se están tomando una
cerveza.
son las 9 de la noche.
ella fuma un
cigarrillo.
él dice algo.
ella asiente
y luego habla.
él sonríe y mueve la
mano.
después se quedan
callados.
destellos rojos de neón
parpadean
por entre las persianas
que hay junto a
su mesa.
no hay guerra.
no hay infierno.
entonces él levanta la botella
de cerveza.
es verde.
se la lleva a los labios
y la inclina.
es una coronita.
ella tiene apoyado el codo derecho
en la mesa
y sostiene
el cigarrillo
con el pulgar y el
índice
y
lo mira
a él
y las calles
florecen
en la
noche.
" Poemas de la última noche de la tierra". Charles Bukowski

domingo, 8 de junio de 2008

NINGUNO

No pretendas crear lo que no puedes
imáginate en el tiempo más cercano,
no busques la justicia de los versos
anoréxicos del mundo y de la vida.

Añora el cruel destino de los bárbaros
que entorpecen el odio del ajeno;
deja vivir tu aliento, el más frío
de los suelos, el sentimiento breve.

La nota humana hará de ti un imposible
aspecto de lo rico, de lo vano
que, a tiempos, nos revuelve las entrañas.

Nos hace descubrir a un dios inútil
un adiós de música de cámara
en una línea apenas decadente.

martes, 3 de junio de 2008

CGN

CGN es un instrumento del cielo
una sigla que espera otra interpretación
una letra que desea acompañarse de música

CGN se muestra impasible a veces
y deja correr un montón de deseos inacabados
que se reafirman con una sonrisa a veces también obligada

CGN acaba de marcharse de su propio lugar
y sueña en paisajes lejanos en almas propias
en eléctronica de cigüeñas cándidas

Casi siempre se aleja desprendiendo olor humano
y todos nos preguntamos si CGN existe
si alguien en su desafuero lo escucha

viernes, 23 de mayo de 2008

EN LOS ALPES

Aquella vez en los Alpes
cuando el sol bajaba entre las morrenas
haciendo arcos de iris lamentábamos la ausencia
el desapego a nuestra tierra más llana
olvidamos el azul transparente de idioteces y amor
o quizá el amor que también se desparrama
sin quererlo

Un lugareño dócil lógicamente innato
avisaba del peligro de las pendientes
de los turistas que miraban con gafas rojas
del desapego de los restaurantes

Y así fue como no nos inclinamos por las pendientes
lamentamos la pérdida de la tarde
que llegaba de forma brusca languidecida
con latines pagados con la ignorancia del paisaje

Al volver la vista atrás nos dijimos
de la esencia de lo breve que se asemeja a los otros
nos deslizamos en el aire de esa tarde
que iba ocupando los sillones de mimbre

Manteniendo el cuerpo de luces blancas
también olvidamos el compás de almas perdidas
el sabor de lo más cercano
La línea curva la divisabámos allá abajo sola