viernes, 3 de abril de 2009

Acerca de la moral y la ética educativa

No creo que ninguna civilización descubriera algún tipo de normas acerca del comportamiento de este" hominus brutus". Las normas, imagino, que fueron haciéndose al calor del fuego, al desánimo del que ese día se encontraba más débil para intentar cazar a ese búfalo que estaba más cerca del austrolopitecus que de la norma; al amparo de una primera lágrima que, sin esperarlo, descubrió en estas disciplinas tan excelsas un cotilleo telecinquero que - en esos cuerpos llenos de pelo y de grasa-eran sostenidos con 30 gramos más. Aproximadamente.

La Ética era una disciplina grave en Grecia y Roma. Ahora, en este mundo de cobardes, es una simple manera de soportar la ingravidez. En estos estadios no puede intervenir el odio, ni el desprecio, ni la inutilidad, porque si no, se convierte en un anuncio de televisión, en una supuesta manera personal de interpretar el mundo: para tal fin se creó la política democrática.

A veces me digo: "¿Tú qué quieres carita de rosa?" Y, desde luego, pienso en una cursilería que en la poesía anacreóntica era un logro. Pero eso no es ético, es artístico en su momento.

La norma es una palabra excesivamente altisonante para cumplirla .Hay veces que se transgrede; en otras, se cumple; en la mayoría se teme. En casi todas, impide la libertad de los más insufribles, de los más apocados que- en su terreno- la cumplen y, cuando ven que ha sido inútil el esfuerzo, intentan revoluciones a destiempo, venganzas incomprendidas, actitudes soberbias que se deshacen como un pequeño helado en la Córdoba más veraniega.

Decía Platón que si la justicia reside en cada grupo social, sería producto de lo que cada alma ha de cumplir. Era Platón. Aristóteles fundamentaba la Ética en el conocimiento. Lo cierto que los dos colaboraron en hacer de la educación algo importante. Y esta está dentro de la Moral y de La Ética.

Antiguamente, se firmaba en tablillas cuando ibas a entrar en una terma, en un teatro. Los mismos sellos hechos de azulete de las nuestras discotecas y salas de fiesta. Es normal. Hay gente que las regenta y, o lo hacen por obtener beneficios pecuniarios, en esta época de crisis, o aprendieron de las normas. Pero, los antiguos, lo hacían no con fin material, sino por obtener acompañamiento juvenil o un pequeño diálogo sobre Las Termópilas, o...de por qué habías soñado con Hera esa noche.

Todos adoraban a Dionisos y nadie se molestaba por ello. Cuando, en Roma, Mercurio, pudo con sus pies alados, chismorrerar lo que era secreto, comenzaron las confusiones. Y fue cuando los Bárbaros, con sus fuertes escudos y espadas comenzaron a crear campamentos donde se violaban los derechos- no a las mujeres- ,ya que formaban parte de su Etica.

Por entonces, ya se había creado una administración que apoyaba, como ahora, a los fuertes, no a los poéticos. Estos eran carne de cañon, un surco que dejaban las cuadrigas en la nieve, sin compasión. Y los que las conducían eran fuertes, " dejándonos en este valle, escuro, con soledad y llanto; y, tú, rompiendo el puro aire,¿te vas al inmortal seguro?.

No es la educación una torre vigía- José María dixit

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