sábado, 18 de diciembre de 2010

Nunca he navegado en el mar

Nunca he navegado en el mar,
en grandes singladuras de carácter arriesgado;
en agua semidulce alguna vez sí lo he hecho.

Sientes, al principio, el error del pirata,
la inimaginable ruta del riesgo;
luego, en la sabiduría del marino,
se convierte todo en un viaje, en un desliz
de indolente.

Mas, las aguas ves bellas y tranquilas,
dan pie a la imaginación infantil;
a poca aventura, a frío y a soledad
que sería inimaginable en la tierra.

¡ Ingenuo marino de agua dulce!

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